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"en toros la verdadera revolución es la vuelta a las esencias, a la reafirmación del clasicismo; es decir, pureza, ortodoxia, respeto a la integridad del toro." Javier Villán.
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DE ABC. El torero sevillano recibió una grave cornada en el muslo derecho durante la faena de su primer toro este domingo en Pontevedra.
Morante de La Puebla no pasó la noche en el hospital donde fue trasladado tras sufrir una grave cornada durante la faena de su primer toro en Pontevedra. El diestro sevillano pidió el alta voluntaria pese a la importancia de la cornada, 10 centímetros de trayectoria en su muslo derecho.
El maestro, en estado de gracia, pletórico desde su reaparición al principio de esta primavera, estrella de los carteles la temporada veraniega, solicitó irse a casa tras ser atendido en el hospital Quirónsalud Miguel Domínguez de la capital pontevedresa. Según ha podido saber este periódico, Morante permaneció apenas unas horas en observación, pero recibió el alta por la noche y fue trasladado a su hotel, desde donde esta misma mañana ha emprendido rumbo a Sevilla.
En su vuelta, todo parece indicar que el torero de La Puebla, acompañado de su apoderado Pedro Jorge Marques, haga parada en Portugal, refugio del diestro en su convalecencia por el trastorno disociativo que padece.
Morante de La Puebla, que el viernes pasado cortó un rabo en Marbella, tiene previsto volver a los ruedos lo antes posible. Tanto como su estado de salud se lo permita. Pero su arrojo le lleva a asegurar que estará el próximo 18 de agosto en la primera de sus dos tardes en la Feria de Málaga.
Todo dependerá de la evolución de la herida y el elevado riesgo de infección de la misma. «Yo me encontré con una herida sucia, muy contaminada por la arena, que se lavó con generosidad», ha explicado esta mañana a ABC el cirujano jefe de la plaza de toros pontevedresa, donde recibió la atención de urgencia -limpieza, antibióticos y drenaje- antes de ser evacuado al Quirón.
La información facilitada al propio cirujano por parte del apoderado del diestro confirman que Morante ha pasado buena noche y que no ha tenido fiebre. Aún así, la recomendación de este médico es la de extremar la vigilancia y realizar una exploración antes de quitarle el drenaje: «El riesgo de infección que tiene es muy importante, dada la contaminación que tenía la herida», ha confirmado.
Les voy a confesar una cosa que no he dicho a nadie, porque no quise ser gafe, pero ahora lo voy a decir tras la cogida de Morante en Pontevedra porque estoy muy preocupado y asustado.
El viernes pasado día 8 vi la corrida de Candiles en Marbella, desde el tendido, junto a un amigo. Tuve el presentimiento de que esa noche podría ocurrir algo grave, pero claro, a esas cosas no se les echa cuentas por estar en un mundo de supersticiosos.
Luego empezó la corrida y ya la cosa empezó a torcerse con la cogida donde se fracturó la muñeca el banderillero Diego Román. Los toros no me gustaron porque aunque de presentación fueron correctos para una plaza de tercera en cuanto a juego me parecieron mentirosos, con buenos principios pero con malos finales, y eso desconcertó a los toreros que solo pudieron tener detalles, sin hacer una faena rotunda.
Así fue el primero. Y Morante, estuvo en Morante, como viene siendo Morante en esta temporada, sin duda la más regular de todas. Pero lo veía abstraído, poderoso, confiado, pero un poco torpe. Torpe, no físicamente (aunque lento), sino torpe mentalmente, porque a este primer toro se empeñó en matarlo en terrenos de chiqueros, una y otra vez. Y esto me preocupó tanto que pensé, "como siga así en las próximas corridas, se va a llevar un disgusto". Pero bueno, otra vez mi imaginación volaba... pelillos a la mar.
Cuando salió el cuarto de la noche, embistiendo por derecho, Morante que salió con mucha disposición le enjaretó cuatro verónicas de muy señor mío... y en la cuarta le dije a mi amigo Paco, con ese lance acaba de partir al toro. (Partirlo en plan de acabarlo, rendirlo en su bravura, no en invalidarlo físicamente). Y así fue. El toro cambió a peor en los dos primeros tercios y al iniciar la faena de muleta, el de Gracigrande se vino arriba, pero Morante, dándole igual, se quedó en el sitio para deleitarnos con un ramillete de muletazos de su marca y de su ingenio. El toro apretaba por el pitón izquierdo, y a veces por el derecho se acostaba. Morante recibe un palotazo (con la pala del pitón izquierdo) en su muslo izquierdo... se resiente pero continua su labor. Y fue ahí donde pensé..."verás, si este tío sigue así esta temporada, un toro se lo va a llevar por delante" Fin del pensamiento. Luego en una tanda de naturales llegó la cogida. Una paliza de aúpa. Y fue cuando me acojoné... "hoy ya tiene dos avisos"
Por esto después de la cogida en Pontevedra, he reflexionado sobre algo que no es baladí y que todo el mundo parece olvidar. Morante de la Puebla es un hombre enfermo, que lleva sus temporadas de torero a modo de río Guadiana, y que en esta, su entrega es total, y esa entrega me asusta porque no quiero pensar, pero lo pienso, que por un lance del demonio quiera inmolarse, sin querer.
Llevo muchos años en esta profesión de periodista taurino y me he equivocado muchas veces, con las reacciones de los toros, y con las mentes de los toreros. En el fondo la tauromaquia tiene mucho de ese juego mental... además sé de lo que va esto de la enfermedad mental... no digo más. Pero sí diré que Dios quiera en esta ocasión me vuelva a equivocar y podamos disfrutar muchos años de Morante de la Puebla, como torero hasta que él quiera, y como hombre hasta que Dios quiera.
Ficha de la Corrida de Candiles - Marbella 8 de agosto 2025
Morante de la Puebla: Silencio/Dos orejas y rabo, inmerecidos, concedidos los trofeos porque el público se sensibilizó con la cogida de Morante en el cuarto con el que se confió pareciendo que estaba flipado. Valor, si, detalles también, pero ninguna faena de redondez. El público se conforma con poco. Al primero lo pinchó por empeñarse en matarlo en toriles. Al cuarto lo reventó en la cuarta verónica, exquisitas por cierto.
Juan Ortega: Oreja/Oreja, mucha oreja por cuatro lances de capote, mucha compostura, y bellas composiciones estéticas.
Pablo Aguado: Dos orejas/Palmas. Excesivas orejas por tan solo un buen quite al primer toro de Ortega y detalles de torería suelta. Tuvo el lote más desigual de presentación, e irregular de juego.
Se lidió una corrida de Garcigrande. Correctamente presentada. Propia para esta terna de toreros artistas. Todos los toros con buenos principios pero con malos finales, viniéndose abajo. El tercero fue aplaudido en el arrastre impropiamente.
PARTE Médico de DIEGO ROMÁN JIMÉNEZ, cogido por el segundo de la noche cuando lo bregaba. Llevaba colgando la mano derecha. (Dr. Aurelio Díaz)
Acude con traumatismo miembro superior derecho tras la lidia del tercer toro. Deformidad, dolor e impotencia funcional en la muñeca derecha. Se realiza reducción cerrada e inmovilización con férula antebraqueal consiguiendo reducción de la deformidad. Se administra analgésico y es trasladado a centro hospitalario para estudio radiológico. Se prevé cirugía
Pronóstico: grave
PARTE MORANTE DE LA PUEBLA, fue avisado primero con un paletazo en el muslo izquierdo y luego cogido. (Dr. Aurelio Díaz)
Herida incisa en el parietal derecho. Contusión en el glúteo mediano de la cadera derecha. Ha sido infiltrado con analgésico y anestésico intramuscular local
Pronóstico: Leve
Sin embargo no todas las figuras pusieron el cartel de no hay billetes. Desde los tiempos de Manuel Benítez "El Cordobés", que sí llenaba la plaza, hasta la aparición de Paco Ojeda y Espartaco, hubo llenos pero las empresas no se quedaron sin boletería. Quizás mi memoria falle, pero fueron estos dos toreros los últimos que pusieron el cartel de no hay billetes en sendas encerronas con seis toros. Paco Ojeda lo hizo en dos ocasiones, siendo en la última cuando sufrió un fuerte cólico nefrítico y tuvo que terminar su temporada.
La ganadería salmantina de Garcigrande ha traído a los corrales de la plaza ejemplares bien presentados para su categoría. Recordemos que la plaza de toros de Marbella, es de tercera.