12 diciembre 2005

UN TORERO, UN HOMBRE, UNA ESCUELA

UN TORERO, UN HOMBRE, UNA ESCUELA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca

Siento el dolor, a todos los que nos ha sucedido, sentimos dolor. La perdida de una madre o de un padre es una de las sensaciones más dolorosas que un ser humano puede experimentar. Y sin embargo todos tenemos que pasar por ello. Álvaro de la Calle pasa por ello. Álvaro de la Calle y su familia tienen conmigo su dolor compartido.
Este torero salmantino es un torero serio, podría decirse que serios son todos los toreros castellanos, imprimiendo carácter y reciedumbre, como lo es su clima o su ambiente. Pero Álvaro es un torero noble y honrado que da lo que tiene, lo que sabe y más, da todo aquello que quiere saber y aprender. Álvaro es un hombre próximo, como su toreo, sin filigranas, ni engaños. Es lo que es, da lo que da y nada más se le puede exigir. Les puedo asegurar que en los tiempos que corren encontrar un hombre así y un torero que dé lo que tiene ya es importante. Pero además Álvaro de la Calle es un buen aficionado. Ser torero y buen aficionado no siempre se llevan. Habitualmente nos encontramos toreros pegapases que van a llevárselo calentito y toreros aficionados que en esto no ganan un duro. De la Calle es de estos últimos pero aunque eso le importe a él, al resto no nos importa porque sabiendo que lo da todo en el ruedo, con mas o menos suerte, no nos defrauda, por eso siempre lo esperamos.
Hay cosas que una escuela taurina no enseña por ejemplo a ser honrado, a sentir el toreo y a mantenerse en esa pureza durante toda la carrera. Pero Álvaro además de aprender la técnica del toreo y tomarla según su forma de ser, según su personalidad, aprendió también a sentir la fiesta y a respetar y a querer a sus compañeros, los de la escuela y los del mundo taurino, pero Álvaro los quiere por lo que son y no por lo que demuestran. No sé si esto será una virtud generalizada de las enseñanzas que se imparten en la Escuela Taurina de Salamanca, además del oficio, pero ¡olé! si esto es así. En realidad desde que conozco, ya va para diez años, las actividades de la escuela, con todos los chavales, los novilleros, que he tratado, todos ellos tienen un sentido de la responsabilidad, yo diría que castellano, digno de resaltar y creo que en gran parte la culpa la tienen Juan José y José Ignacio Sánchez que acaban de inaugurar un nuevo curso con tantos alumnos más uno que el pasado, cosa ya de mérito, y aún más mérito si advertimos que nuestros políticos quieren posicionar esta escuela como escuela taurina regional. No es mala idea siempre que otros no vengan a mangonear el buen criterio que estos profesores han manejado siempre. Criterio y enseñanzas y por lo demás suerte "pa tos".

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