23 noviembre 2005

TRAPIO, PESO Y EDAD

TRAPIO, PESO Y EDAD
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Tribuna de Salamanca

Con el nuevo reglamento andaluz resulta que desaparecerá la palabra trapío porque los sabios políticos y redactores que lo hilvanan consideran que esta palabra es muy subjetiva y no establece criterios únicos, por ejemplo entre los veterinarios. Craso error. Porque trapío es la palabra por antonomasia definitoria del porte de un toro bravo, subjetiva o no, es la que mejor lo define como define a la belleza de una mujer que cuando a nuestro lado pasa garbosa y pizpireta nos hace, a todos los hombres en el lugar reunidos, volvernos y piropearla. ¿Qué es eso que se siente y que pone de acuerdo a las gentes cuando algo de esto sucede, sino la definición, subjetiva o no del trapío de la mujer, perdón, del toro bravo? Por activa y por pasiva acudo a los diferentes foros taurinos para intentar salvar de las nuevas normas las iniquidades que en el proyecto se asientan y con dolor veo la posible expansión de los errores a otros reglamentos como bien pudiera ser el que la Junta de Castilla y de León, proyectan.
Juan León escribía en El Ruedo del 18 de agosto de 1960 que "no es el peso lo que impresiona a los espectadores... es el trapío. El trapío lo suele dar la edad. El trapío cubre holgadamente deficiencias en el peso. Pero el peso, por muy visible que sea, no encubre el trapío"
Leer esto y llamar torpes a los padres de la nueva norma andaluza es todo uno. La tauromaquia no se entiende sin esta palabra y aunque sé que me dirán que no desaparece del léxico tauromaco sino de la norma escrita, no por ello la torpeza desaparece ya que con ella se define la acción de los torpes y en este proyecto hay los.
Pero hay más, abunda León en su artículo sobre el tema del peso ya que en aquel año de nuestro señor las básculas en las plazas no existían y por no existir no existía ni el guarismo de la paletilla que marca el año de nacimiento del animal para controlar la edad. Tal era el follón que había montado en torno a la edad de los toros que el fraude se contaba por corridas y de las celebradas en la mismísima monumental de Las Ventas por lo que, y aquí entra la justificación de porqué la sinvergonzonería siempre ocupa puestos altos en la tauromaquia, cito: "estas consideraciones... han determinado una nueva orden del Ministerio de la Gobernación, que muy acertadamente se ocupa del caso. Se establecen sanciones para los ganaderos que envíen a las corridas de toros reses que no tengan cumplidos los cuatro años..." cosa que hasta se justifica por humanitaria "en favor de los principiantes" ya que "el ganado que despachan suele ser morucho y no siempre joven..."
Creo que queda meridianamente claro, por este motivo y otros, por qué la fiesta la tutela en la actualidad el Ministerio del Interior y no el de cultura. Y más aún, para todos aquellos que critican las protestas de los aficionados, escasos ya, del siete en Las Ventas, que sepan que la plaza de Madrid siempre ha sido protestona, no por beligerante, sino por estar comprometida con la verdad de esta fiesta y en el año 1960 no podía ser menos: "Las protestas ante una res sin trapío... unánimes y estentóreas, aunque su peso anunciado rebase en cien kilos el reglamentario"

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