27 mayo 2023

MADRID. FERIA DE SAN ISIDRO 2023. CUVILLO, CORTÉS Y DEL RÍO, TOROS VIEJOS, LIMPIEZA DE CAMADAS.

Los comentaristas de mundotorotv y ciertos ganaderos interesados no paran de decir que vendrán unos años de "vacas flacas" por la escasez de ganado debido a la pandemia y que para ciertas plazas, ellos piensan en las de primera, no habrá toros.
Los intereses mercantilistas amenazan está fiesta corrupta e interesada que no piensa en el aficionado, sólo en los extraños seres que aparecen tarde tras tarde en el tontódromo y que pagan lo que sea por verse en las redes sociales.
Lo digo por segunda vez en esta feria. Hay cinco asociaciones, cinco libros genealógicos de la ganadería brava y seguro que en ellas descubrimos toros válidos para las temporadas venideras, hasta que según los que mandan, haya toros para sus necesidades.
Las birrias de toros que se vieron ayer en Las Ventas alimentan está reflexión. Los aficionados venteños, no los del tontódromo, protestaron el gazpacho de toros, grandones, bastos, abueyados, que las autoridades melifluas aprobaron, y por eso la desigualdad en la presentación y el poco trapío fueron evidentes. De ahí las protestas.
Y luego vino el juego de aquellos bueyes infumables que no se comían a nadie pero que los toreros parecía que estaban delante de fieras corruptas. Y en realidad lo mejor que vimos ayer fue a los peones de brega y a los banderilleros que sí que se jugaron la vida toreando a cuerpo limpio y templando capotes. Yo diría que estando mejor que sus jefes de filas.
Bueno Perera siempre se tapa del desastre porque sabe disimular bien poniendo su valentía por delante de su arte. En su primero, de Núñez del Cubillo, manejable pero soso que fue pitado al arrastre anduvo descolocado, aliviandose, esperándolo, si, y ligándolo, pero faltando esencia. En el cuarto, de Victoriano del Río, empleó mejor técnica porque el toro era un maldito descastado, lo sujetó, lo ligó, le dejó la muleta en la cara y clavando las zapatillas en la arena quedó por encima del marrajito. Bueno las zapatillas no, que se las quitó para torear a este toro. Debió ser por el barrizal este desacato al ritmo. Por cierto el presidente le perdonó el tercer aviso.
Talavante con dos toros, de Cubillo y de del Río, manejables dió un recital de pico, de adornos, de ligazón sin profundidad. La mentira que vive Madrid con este torero y Talavante con Madrid, por más que se pronuncie no se hará verdad. Talavante que se torea así mismo pronunció su mayor discurso narcisista. Para eso pagaron los del tontódromo.
Ginés Marín anduvo aseado, voluntarioso, descolocado, picudo, en resumen anodino como la tarde, ante un tercer toro de Cortés, descastado que se defendía y un sexto de Victoriano del Río, manejable a media altura que fue pitado al arrastre.
Aquí paz y allí gloria!


Agustín Hervás Cobo

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