15 julio 2013

TO ER MUNDO E GÜENO


Al presentar Manuel Díaz 'el Cordobés' parte médico por lesión, fue sustituido por David Galván, quedando la terna, por éste orden: JUAN BAUTISTA
DAVID FANDILA 'el Fandi' DAVID GALVÁN
 
La terna hace el paseíllo en Marbella
Menos de media entrada, en tarde ausente de viento y con temperatura
muy agradable.
Toros de Manuel Blázquez, aceptables tanto de presentación como de


fuerza, teniendo en cuenta la catalogación de la Plaza.
Ninguno de los astados mordieron la arena, cosa de agradecer en estos tiempos que corren, donde en plazas de mayor fuste, vemos habitualmente al ganado midiendo el ruedo una vez tras otra.
 
Bautista, descalzadas manoletinas

Al primero de la tarde, Juan Bautista le aplicó un trasteo aseado, con dotes de oficio memorístico, es decir, hilvanando pase tras pase, de cara a una galería más que predispuesta al mero deleite veraniego.
No obstante, su faena hubiera acabado con algún apéndice ganado por el matador, cosa que lo impidió su desacierto con el estoque.
Palmas saludadas desde el callejón.
En su segundo, a la vista de la cosecha ganada por sus compañeros de terna, el francés salió decidido a no ser menos y brindó al respetable, para dar paso a una faena variada, voluntariosa, componiendo la figura con recursos de quien atesora años de alternativa.
Con un pinchazo y estocada trasera, el toro pasó a mejor vida y una oreja paseó Bautista en la preceptiva vuelta al ruedo.
 
Un par de el Fandi a cabeza pasada

El público acude a la llamada convocante de El Fandi, sabedor de una película que no ya por vista, se reedita cada tarde con milimétrica precisión.
En sus dos oponentes usó la batería de repertorio 'fandista' de rigor, centrada invariablemente en el tercio de banderillas, de las que saca petróleo a su manera, con una concurrencia entregada de antemano y sin rechistar en absoluto.
Una oreja ganó del primer oponente, luego de los preceptivos recursos aplicados de
forma ya memorizada de antemano, válido para este tipo de ganado.
 
Un natural de El Fandi deslavazado

Al recibir a su segundo, tras un fugaz saludo y dos remedos de verónicas,el presidente cambió el tercio, a lo que siguió una mirada aviesa al palco por parte del granadino.
Para resarcirse de ello, tras el simulacro del tercio de varas -idéntico ritual en toda la corrida- Fandila intentó el quite antes de pasar a empuñar las banderillas.
Con la muleta instrumentó tandas prácticas que hicieron sacar aplausos de los tendidos a cada salida de la cara de la res. Estocada trasera, de efecto algo retardado dada su ejecución y tras un aviso de mero trámite cronométrico, el toro dobló y la concurrencia se aplicó con presteza a empuñar tanto pañuelos como todo artefacto susceptible de agitación ventera (de viento).
Ante el primer trofeo del palco, la gente siguió a lo suyo en cuanto a pañuelos, voces recriminadoras y miradas inquisidoras ante la 'lentitud' del presidente en conceder el otro apéndice. Dos orejas, y el respetable, a lo suyo.
 
David Galván acudía a la cita en sustitución del lesionado Manuel Díaz.
En sus anteriores actuaciones dejó buenas impresiones y se supone que eso motivó su inclusión en la corrida.
La de hoy era una buena ocasión para no dejarla pasar, y confirmar aquellos comentarios que oímos sobre su capacidad de actitud ante los compromisos que le salgan en forma de contratos y con ganas de demostrar que quiere llegar lejos, todo lo que le dejen las circunstancias, en este planeta taurino.
Por los tendidos se dejaban notar con sus aclamaciones la buena cantidad de paisanos que acudieron a ver a Galván.
Ganas, voluntad, valor y claridad de ideas acumula el joven matador.
Ello, a expensas del factor suerte, tan anhelada por cuantos en esto empiezan.
Ante sus dos oponentes sacó a relucir, con la mejor de las voluntades, cuanto aprendido tiene y cuanto de sí mismo aporta a la lidia.
Mató al primero de estocada trasera y el respetable, sin un segundo de demora, lo llevó directo a conseguir los trofeos que abren la puerta grande.
El último de la tarde y segundo de su lote, manseó en el caballo, hizo sonar estridente el estribo y a fuerza de arreones propios de su carácter, derribó al caballo, sin consecuencias para el picador, afortunadamente.
Faena meritoria del joven diestro, con las lógicas carencias de quien aún no tiene el correspondiente rodaje de horas de vuelo.
En el tendido, aplausos generalizados a su batalla, y a la hora de montar el estoque de matar, dos pinchazos empañaron un final de corrida con sabor a pleno de orejas por su parte.
 
Los toreros lidian dos reses cada uno, y la presidencia de la plaza se las tiene que ver con un respetable -porque para eso pagan- que acude al evento con la única pretensión de divertimento, ajeno en absoluto a cualquier consideración de ortodoxia en cuanto a forma, desarrollo y procedimiento de la más elemental casuística taurina.
'Tó er mundo é güeno' se titulaba aquella película del inefable Manuel Summers, y de éste título me acordaba esta tarde al ver a la concurrencia, ajena a la compostura y volcada en eso de la 'división de opiniones' a la hora de vociferar contra la autoridad del palco.
 
Y acabo diciendo lo mismo que leo en más de una crónica:
'Aquí paz y allí gloria'. 

Francisco Rodríguez texto y fotos

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