20 septiembre 2012

LOS TOREROS QUE REGALAN ENTRADAS




Por Alfonso Coronel de Palma de la Mata

Presidente de la Asociación Juvenil Taurina Española


Últimamente y con más asiduidad podemos ver en los festejos taurinos el siguiente anuncio “El matador de toros Pepín de la Casa aportará el 50% del coste de la entrada para los menores de 30 años”. Este es sólo un ejemplo de una oferta a la que se están apuntando toreros de primera línea del escalafón tales como Julián López “El Juli” (creador de esta iniciativa), Alejandro Talavante, Miguel Ángel Perera... y otros más modestos como Rafael Rubio “Rafaelillo” o Iván Fandiño.

La oferta a priori es muy buena y muy generosa por parte de los toreros pero permítanme con todo el respeto del mundo atreverme a criticar esta iniciativa.

En primer lugar, los toreros han tomado como propia una labor del empresario de la plaza como es la de la promoción de las entradas con un precio reducido para jóvenes, hemos pasado del empresario-apoderado-ganadero al torero-empresario que como todos estarán de acuerdo es malo para la fiesta, si uno es torero, es torero y punto.

Seguidamente encontramos una oferta que en su día iniciaron las figuras, conscientes que con sus altas compensaciones era prácticamente imposible cualquier tipo de rebaja de las entradas sin provocar una pérdida importante al empresario. ¿No sería más correcto que los líderes del escalafón bajasen sus retribuciones para que el empresario pudiese hacer estas ofertas? No solo al aficionado joven sino también a todos los aficionados, ya que actualmente las entradas, exceptuando casos como Madrid, tienen unos precios muy elevados, teniendo en cuenta la importante crisis económica en la que nos encontramos, y además que los salarios de los toreros de primera línea del escalafón son los más altos de la historia comparándolos con la recaudación taquillera de toda la historia.

En el caso de los toreros más modestos, con una menor retribución por su labor, la clave por la cual pasa la opción de la promoción de entradas para jóvenes, está principalmente en mano de los empresarios quienes deben de arrimar el hombro y mirar por el futuro de la fiesta.

En tercer lugar debemos estudiar las consecuencias indirectas que produce esta oferta, con la asunción del 50% de la entrada por parte del torero una vez en la plaza de toros ¿Cómo un solo joven se va a atrever a juzgar o criticar la labor de ese torero? Evidentemente aunque haya estado fatal dirá que no estuvo mal, es algo completamente antinatural e inhumano morder a la mano que te da de comer, por lo tanto estaríamos ante la formación de aficionados o público en general educados en la mentira, sin criterio propio y fervientes admiradores de todo aquel que se dignó a pagarle su entrada, creando así un pequeño grupo de “Hooligans taurinos”.

Con esta reflexión no quiero que piensen “Que injusto este chaval encima que se molestan en llevarles a las plazas va y les critica” puesto que lo único que pretendo con la misma es dar a conocer otros modos de conseguir la vuelta de los jóvenes a las plazas de toros sin perder su capacidad crítica fundamental en la formación de nuevos aficionados.

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