16 marzo 2012

PECADO MORTAL

PECADO MORTAL

Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Verán a estas alturas de la película Valencia se va a convertir en un referente del futuro de la temporada. Toros de media casta y escasa presentación. Alguno sale bueno sobresaliendo de entre todos. Toreros de medio pelo, echando la “pata atrás”, es decir descargando la suerte, y dando muletazos que divierten al “Mundo Feliz”, que de simplón y ramplón se cae de bueno.

Es un pecado mortal que Manzanares salga a hombros solo por recetar una magistral estocada recibiendo, al excelente toro de Garcigrande que hizo segundo. Igual que es un pecado mortal que a Talavante también se lo lleven a hombros por dos faenas de medio pelo a toros que no se comían a nadie. Bueno si a caso el anovillado tercero que arreaba mas que embestía. Pero el sexto, sobrero se Parladé fue muy bueno, con menos nobleza que el segundo, pero bastante toreable.

Y digo que es pecado mortal porque es “Mundo Feliz” que habita las plazas españolas, ya no creen en esto del buen toreo. No creen porque no saben, y nadie les enseña. Porque los profesionales de la crítica ¿?, sobrecogidos o sobrecogedores, no dicen la verdad de lo que es descargar la suerte, y torear destoreando, practicando el alivio. Quedarse quieto y hacer pasar a un toro por delante de la bragueta, a medio metro, no es torear por mucho que se ligue. Torear es abandonarse desde el cite hasta el remate del muletazo cargando la suerte y vaciando en la profundidad del espacio las embestidas.

No digo que lo que han hecho esta tarde en Valencia, Manzanares y Talavante no sea torear. Pero ese “torear” más que nada es cabrear al toro, acompañar. Ese torear es el concepto que toma el verbo en la modernidad de la tauromaquia.

Insisto, como la temporada pasada. Manzanares sería un torero de época y de culto, si cargara la suerte en sus faenas. Talavante sigue sin emocionarme y consecuentemente está dentro de mi escala de la mediocridad.

Padilla solo pudo estar porfión con el cuarto, por ser descastado, a parte de chico. Y con el bobo y terciado primero puso los mejores pares de banderillas que yo le recuerde, en conjunto, por ortodoxo. Y en el trasteo anduvo aseado y reposado.

La corrida de Domingo Hernández floja, descastada, con tres toros inciertos, dos, cuarto y quinto descastados. Tercero con el hierro de Garcigrande, avacado. Sexto, remiendo de Parladé que se partió un pitón al rematar en un burladero, que fue sustituido por otro del mismo hierro que resultó muy bueno.

Se cortaron cinco orejas. Me sobraron cuatro.

archivo. Manzanares. Foto: Saldumar
¡Aquí paz y allí gloria!

3 comentarios:

franmmartin dijo...

Suscribo el comentario de la cruz a la raya.Esto es lo que hay mientras dure y si dura poco no creo que sea motivo de excesiva tristeza perder algo tan falso,tan anodino y corrupto como ésta fiesta que padecemos.

Anónimo dijo...

Si una magistral estocada recibiendo no es para salir a hombros ¿entonces qué hace falta?
La peregrina idea de ponerle cuotas a las puertas grandes es una de las mayores tonterías de la modernidad taurina española. Hace ya mil años, el triunfo de los toreros se medía por el fervor popular, si alguien salía en volandas era porque la gente así lo quería, no por dos o tres orejitas bastante discutibles e inútiles.
Y, señor Hervás, el tema de cargar la suerte es peliagudo y la verdad dudo que usted sea el poseedor de la verdad absoluta acerca de si la pata buena alante o atrá.
Reciba un cordial saludo de Lupi Flamingo.

franmmartin dijo...

¡Bián ,bián tra bián! que diria un castellano (seguidor de Castella).
Doña Lupe,Manzanares puede salir dos mil veces o las que el público quiera por la puerta grande,o por la puerta enorme;pero lo expresado en éste artículo ,no diré que sea el Evangelio pero sí una Epístola y de la importantes.
Ser partidario de un torero es bueno,justo y necesario;pero después de ser partidario del toro,del toreo y de la tauromaquia,si no la cosa queda reducida a ser un fan.