26 octubre 2011

UN TRAGO AMARGO

A.M.Punta

UN TRAGO AMARGO

¡Una retirada a tiempo es una victoria!... Una máxima que casi todos los toreros (se admiten excepciones) no comulgan con tan conocido y renombrado dicho popular.

Dicen los toreros, que nunca se retiran. Son muchos los que manifiestan, que han nacido y morirán toreros. Y, puedo decir, que me parece de lo más respetable, que viva en ellos esa sensación, y ese sentimiento amoroso por la profesión. Sin embargo, expongo que;-“ una de las mayores grandezas del torero es, saber elegir el momento de su despedida de los públicos y plazas, en las que durante años pudo ser, o fue, el héroe que consiguió vencer al toro y convencer al publico-“.

Es, posiblemente uno de los momentos emocionantes en la historia del toreo que corrobora lo dicho “la despedida”.Y, saber hacerlo en ese punto crucial de la carrera de un torero, no es empresa fácil tomar tal decisión. Tan solo el propio torero debe buscar ese punto de equilibrio entre el público y el toro, y, encontrar el momento que ha de atravesar por ese alambre milagroso sobre los dos abismos.

Como digo al principio, (el torero no se retira nunca), y un día cualquiera, volverá-. Volverá y dirá: ¡tan solo fue un descanso! ¡La necesidad de un poco de reposo! Es el razonamiento que, no pocas veces se argumenta para su reaparición. A, esas segundas partes, que, en ocasiones fueron buenas. Y, en otras muchas, fracaso.- Torero que se resiste a una retirada total de los ruedos, al aplauso, a la emoción, a colgar su terno grana y oro para siempre, a decir adiós, a lo que más quiso y amo en su vida, aunque la misma, esta llena de zozobras, injusticias, responsabilidad e incertidumbre. (¡Si volviera a nacer, seria otra vez torero!).Pero cuando vuelve de nuevo, ya no es lo mismo, los públicos de los toros perdonan muy poco, y comienzan las especulaciones, - ya no es el que era - a que vuelve ahora este, con el dineral que gano - , vuelve por dinero - , se le diluyo el valor - , quien te ha visto y quien te ve - etc, etc,

Los negros nubarrones de cualquier tarde, pueden caer sobre el reaparecido entonces los que antaño le aplaudieron con frenesí, comienzan a caer en sentimentalismos, las decepciones sustituyen a las esperanzas y comienzan a sonar silbidos, luego indiferencia, y, en el toro siguiente recriminaciones, insultos, amenazas y gritos de la plebe injusta y cruel.

Vives un momento, horas, días, meses, años quizá. Cuanto más te resistes a interrumpir tu acción con mayor estruendo acabas. El aplauso es como el perfume de la flor; dura menos que la flor misma. Las despedidas, si no son la apoteosis del adiós de un torero. ¿Que son?... (Guerrita fue un sabio, Guerrita no se despidió).

Fermín González comentarista onda cero radio- Salamanca—





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