27 abril 2011

LOS TENGO SIESOS



Por Francisco Picornell

Plaza de Sevilla. 27 de abril Cuarta de abono

Seis Toros de Alcurrucen, bien presentados, mansos, el mejor el cuarto.

Oliva Soto.- Silencio tras aviso. Saludos desde el tercio
Rubén Pinar.- Silencio. Silencio.
Miguel Tendero.- Silencio. Silencio
“-¿Es en ca de don Pablo Lozano?
-Si
-Que se ponga, soy Canorea
- Dime Canorea
-¿Tienes seis toros siesos.?
-Si
-Pues mándamelos para la feria de Sevilla.
Y Don Pablo metió en cajones a los seis toros más siesos de la dehesa. Menos mal que los toros siesos no son como un Don Sieso que yo conozco que además de serlo tiene perro.
Se han lidiado esta tarde en la Maestranza para sopor del espectador, fuera este en directo fuera ante la televisión.
Esto del ganado pasa de castaño oscuro, llevamos tres tardes que sale en procesión profana por los chiqueros, un manso detrás de otro, unos bonachones, otros con mas malaleche que un carabinero con bigote.

A Oliva Soto le tocó, en cuarto lugar, el mejor de la tarde, pero tengo para mí que no se acopló, que se dejó enganchar la muleta más de la cuenta, que sacó algún pase suelto pero nada del otro mundo ni de este. Le faltó temple y acoplarse. Pinchazo, estocada algo tendida. Sorprendentemente lo sacan a saludar desde el tercio.

El que abrió plaza, era un animal que hubiera valido de no habérsele dado tantos capotazos sin motivo ni fundamento alguno. Embestía con la cabeza a media altura sin hacer caso de los engaños. Media estocada perpendicular. Silencio. Aviso.

Estuvo soso Rubén Pinar en el segundo haciendo causa común con el sieso de turno. Creo que no supo estructurar la faena. Creo que los pocos pases que tenía se los podría haber sacado iniciando la faena en tablas y no empeñarse en hacerlo en los medios, pues el animal cantaba su mansedumbre.
Pinchazo, estocada atravesada. Silencio.

Un mulo de carreta rociera muy sieso era el quinto de la tarde que se paró y nada pudo hacer Rubén. Estocada desprendida. Silencio.

Otro mulo era el tercero al que nada le puso hacer Tendero porque embestía como distraído haciendo a los engaños el mismo caso que a mí en mi casa. Se puso algo pesado en su porfía y el respetable se lo recriminó. Estocada hábil algo atravesada. Descabello. Silencio.

Sieso era también el sexto al que Tendero le dio pases como se los podía dar a un tranvía…..o ¡al tranviario! Que nunca se sabe….No le hacía ni caso el animal, dada su mansedumbre. Pinchazo. Estocada. Silencio.

Esperemos que Don Victorino, no tenga toros siesos y mañana la cosa cambie, para bien, claro pues para peor es difícil.

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