24 agosto 2009

JUAN DEL ÁLAMO CON PROYECCIÓN

Divisa. Foto: Manolo Ortega.

JUAN DEL ÁLAMO CON PROYECCIÓN.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Un muchacho de Salamanca vino a sustituir a Juan Carlos Rey, cogido, y se notó que tenía hambre taurina. El hambre taurina es una definición gráfica de lo que significa querer ser torero. Tienes ganas, tienes sitio, piensas en torero y en el toro y además ves posibilidades de faena en cualquier terreno y con cualquier animal.

El hambre de Juan del Álamo, de quien minutos antes de comenzar la novillada me había hablado muy bien, mi compañero de Onda Cero Salamanca, Fermín González, consistió en encontrarse con un novillo rajado que se fue a puerta de toriles y plantearle allí una faena casi imposible y arrebatadora de emoción y de interés. Pero a parte de esos atisbos de técnica y entendimiento, Del Álamo tiene la virtud, bien por aprendida, bien por natural, de conectar con el público, si bien su reciedumbre castellana se le nota, un muletazo sí y otro no. Después con el sexto, descastado de pronostico reservado, anduvo voluntarioso y hasta pagando el precio de la bisoñéz en un descubierto de principiante. Al cuadrar al novillo para matar se descubrió y el animal le arreó de firme una fuerte voltereta.

Abría el cartel el madrileño José Manuel Mas quien no terminó de redondear su actuación con el novillo más potable del encierro, el primero. Supo ligar por el pitón derecho, alcanzando la faena su importancia al natural. Sin embargo es un chaval que no dijo nada. Verán uno de tantos que pegan muletazos, mejores o peores. Con el cuarto solo estuvo voluntarioso por pararse el novillo.

Quien no estuvo bien, y por consiguiente, la tarde, debe ser para él y para su padre, objeto de trascendente reflexión, fue, Luis Miguel Casares. Bajo la confusión extraña (aunque en el toreo moderno cabe cualquier cosa), de que el quinto novillo que hizo sobrero, era un marrajo, cuando solo era un manso encastado, no consiguió quedarse quieto ni darle un muletazo, pues este era de los que pedían el carné de torero. Descentrado, desorientado y perdido por el espacio sideral, su padre Justo Benítez, le ponía una cara de circunstancias, bastante adversas cada vez que veía al chaval correr delante del encastadito quinto. En el segundo anduvo voluntarioso.
¡Aquí paz y allí gloria!

FICHA:
Primera de abono. Novillada picada. Almería, 23 de agosto de 2009. Se lidiaron seis novillos de Fuente Ymbro terciados de presentación el primero, segundo y sexto, resto más cuajados. Mansurrones en los caballos, que arrean en banderillas, y que a la muleta llegaron: Bueno el primero, segundo manejable, tercero rajado, el cuarto se para, sexto descastado y el sobrero quinto, mansito encastado. José Manuel Mas, oreja y silencio. Luis Miguel Casares, ovación que saluda y silencio. Juan del Álamo, que sustituía a Juan Carlos Rey, oreja y silencio.

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