12 julio 2009

MIURA PUNTÚA EN PAMPLONA

Antonio Miura, abuelo de Eduardo y Antonio, que hoy estaba en el callejón de la plaza de Pamplona. El parecido con Eduardo es evidente.

MIURA PUNTÚA EN PAMPLONA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

A estas alturas del curso taurino no sorprende nada que a Miura le hayan embestido tres toros. Miura, como todos los ganaderos, tiene toros buenos y toros malos. Y hoy se ha visto en Pamplona. Primero, segundo y quinto han sido toros buenos, toreables y de triunfo. El resto, en Miura, que dicho así todo el mundo entiende de qué ha ido la cosa. En otras ganaderías hay que explicar que si amaga, que si no tiene un pase, que busca, que mira. En fin lo malo de Miura. Lo que ocurre es que en la tauromaquia moderna, no se sabe lidiar lo malo de esta ganadería, como tampoco se sabe, quizás porque sorprenda, lo que sale bueno. Es caso ya de que los toreros se acostumbren a considerar esta ganadería, que si bien tiene su leyenda, como otra cualquier ganadería, y se esperancen que en Zahariche también se crían toros nobles, embestidores y manejables.

La corrida correctamente presentada con dos por arriba. Tercero y quinto, que además han destacado por el pelaje. El tercero capirote y el quinto cárdeno. Ha coincidido, diferenciándose con los de la corrida de Aguirre, que los buenos se han dejado en varas. Y han cumplido en el segundo tercio. Y en la muleta, dicho queda. Primero manejable, que se deja, nobletón pero sin final. El segundo con un excelente pitón derecho, y desgraciadamente no nos lo enseñaron por el pitón izquierdo. El tercero sin opciones, no se deja. El cuarto amagaba. El quinto bueno por el pitón derecho y por el izquierdo humilla pero se queda corto. El sexto, protestón sin querer pasar y queriendo coger.

Juan José Padilla no pasó de voluntarioso con el que abría plaza, y no pasó de aseado con los palos. El tercer par fue con una mano por delante del pecho y no al violín como nos quieren vender ese par. Con el cuarto pretendió hacer el esfuerzo pero no se dejaba el toro. En banderillas nos ahorró un par pues el primero fue fallido, dejando un palo con defecto, y no lo recuperó. Los otros dos pares mejores. En uno se colgó bien de los pitones y el otro, emocionante, de dentro a fuera.

Rafaelillo sorteó el mejor lote. Con el segundo, después de que José Mora anduviera bastante bien con los palos, se equivocó abriendo la faena con un pase cambiado que lo ejecutó mal y a punto estuvo de darle un disgusto y luego que por el pitón izquierdo no nos enseñó al toro, que por el derecho había sido buenísimo. Por aquí estuvo aseado, lo llevó bien pero confiado, a la tercera serie se lo echó a los lomos, sin consecuencias. Al quinto le pegó muletazos limpios en una larga faena en la que sí intentó pegarle naturales pero el toro le arrancó la muleta de las manos y se acabó.

El de peor suerte en el sorteo ha sido el maño Jesús Millán. Al tercero después de intentarlo le anduvo por la cara y le tocó las costillas. En el sexto se puso por el izquierdo sin resultado pues no pasaba, por el pitón derecho protestaba con riesgo de cogida.

¡Aquí paz, allí gloria!
FICHA:
Pamplona. Doce de Julio. Octava de San Fermín. Toros de Miura, bien presentados. Primero, segundo y quinto, buenos. Juan José Padilla, pinchazo hondo, estocada caída que da derrame, silencio. Estocada baja, silencio. Rafaelillo, pinchazo, estocada delantera perdiendo la muleta, aviso, descabello, ovación que saluda. Metisaca que invalida de una mano al toro, descabello, vuelta al ruedo. Jesús Millán, pinchazo y una corta caída, silencio. Cinco pinchazos y media caída, silencio tras aviso.

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