09 marzo 2009

VELADA DE ORO Y BRILLANTES

Victor Mendes y Folqué en el centro
Los protagonistas de la velada

UNA VELADA REVESTIDA EN ORO Y BRILLANTES
Por José Cisneros

El matador de toros y el ganadero portugueses Víctor Mendes y Joao Folqué de Mendoza, clausuraron con broche de oro y brillantes las tertulias anuales que la Peña Taurina “Tercio de Varas de Linares ha celebrado en su XXI edición, enhorabuena amigos. ¡Increíble la tertulia vivida en esta noche! tertulia larga, casi tres horas que supieron a poco al concurrido público que una vez más “colgó” en las puertas de esta sede el deseado “no hay billetes” que tanta falta hace en los portones de los cosos taurinos, pero esto solamente se logra cuando se despierta el interés de un público expectante como el que consigue esta insigne peña linarense año tras año, dando una categoría a los carteles que difícilmente podemos los aficionados imaginar la superación de los mismos para el año siguiente, encontrándonos con que debido a su ánimo de superación del mismo modo nos vuelven a sorprender un año más. Esto es justo lo que ha pasado con la clausura de este ciclo, la noche estuvo presidida en todo momento por tres valores fundamentales para el buen aficionado y para la Fiesta como son: El valor de la Cultura, el valor de la firmeza y el valor de la sinceridad. Mucha sinceridad y firmeza hubo en las palabras de ambos contertulios, tanta que si ambas se hicieran presentes en todas las tardes de toros por los profesionales del toro así como también por el que concurre a ellas como público les puedo asegurar que más de cuatro se echarían a temblar, otros muchos en cambio se frotarían las manos, ojalá se cumpla ese cambio en la Fiesta que se auguró esta noche.
Joao Folqué: Agradecido en todo momento por encontrarse entre aficionados para hablar de toros. Dejó muy claro en primer lugar que a pesar de llamarle en nuestro país Fiesta Nacional, no era así, ya que se trataba de una Fiesta Universal, tampoco se encontraba aquí presente ni como ganadero ni como portugués, sino que se consideraba criador de reses bravas y por encima de todo “aficionado”, forma que era como había que sentirse dentro de este apasionado mundo de los toros precisamente por su universalidad, seguidamente lo argumentó con las vivencias de un viaje a California acompañado del matador Víctor Mendes. En dicho viaje pudo experimentar lo que era presidir una corrida de toros, fin para el cual fue invitado, actuando en el cartel el matador aquí presente y la sorpresa de ver una plaza de toros de 6000 localidades con un lleno absoluto a la vez que fuera de la misma otras tantas personas seguían la corrida desde sus furgonetas en un terreno lo más parecido a un “camping” siendo lo más curioso del caso que estos festejos son gratuitos siendo los mismos ganaderos, entre ellos muchos portugueses emigrados de las Islas Azores los que han asentado dicha costumbre. En esta zona del Pacífico se encuentran un total de 32 plazas de toros, muchas de ellas de piedra así como unas 8 ganaderías de lidia. Capítulo aparte hizo mención a la invitación de un aficionado a su propia casa donde en su museo particular con más de 4.000 fotografías, encontrándose con la sorpresa de la fotografía de los seis toros de Miura que se lidiaron la tarde del 28 de agosto de 1947 en Linares, fotografía que le regaló el mencionado aficionado, la cual conserva en su casa entre los trofeos más prestigiosos. Prosiguió haciendo un viaje en el tiempo con la genealogía de su ganadería, tanto de sus propietarios como de los distintos encastes habidos en ella, de las épocas de triunfo y también de los baches y motivos que los propiciaron, así como de las tragedias causadas por sus toros. Finalmente explicó las ramas existentes en su ganadería, la bravura original y dura de los “Pinto Barreiros” y la más reciente de los “Baltasar Ibán”. Un profuso prólogo que daría paso a un coloquio que destacó por las tres “ces”, claro, conciso y concreto ¡Vaya coloquio amigos!, juzguen ustedes mismos. La primera pregunta la hizo un gran entendido en encastes y ganaderías como es el amigo Miguel, componente de la peña, preguntando que le parecía la nobleza del toro en la actualidad, la respuesta de Joao Folqué fue rápida y contundente, “Prostituida”. A partir de ese momento se rompió el hielo iniciándose un coloquio pleno de temas por parte de los asistentes, siempre realzando y valorando al toro bravo, dejando el señor Folqué bien definido lo que para él marca la selección de su ganadería y supone la casta, el poder y la bravura. Busca el toro que aguante los tres tercios donde el soporte fundamental de la bravura debe de ser la resistencia psicológica. De no conseguirse el toro en sus tres tercios habría que cambiarle nombre una corrida de toros, lo comparó a una misa si le quitamos alguno de sus actos como son Liturgia, Consagración y Eucaristía. Del mismo modo defendió y conceptuó como fundamental la suerte de varas tanto en la lidia como en la selección de las reses, a sus vacas las obliga a recibir en los tentaderos unos veinte puyazos y en más de una ocasión ha “discutido” con Mendes estando éste tentando al considerar que podía matar al animal, pero esas son sus exigencias. Llamó mucho la atención su declaración de no importarle que las figuras o algunas figuras no quieran matar sus toros, considera que el debe buscar que las “figuras” sean sus toros, como ya pasara antaño. No faltaría la provocación bien entendida al oír al señor Folqué de que si él se anunciaría con sus propios toros, contestando que sin duda alguna lo haría al ser amante al desafío. Los medios de comunicación también estuvieron presentes, dando D. Ángel del Arco, periodista de la SER y moderador del acto unas explicaciones al respecto que no fueron muy convincentes para el ganadero quien se quejó de no aparecer ni una sola foto de un picador en las revistas especializadas, considerando el sobre de hoy “travestido” en forma de publicidad siendo claro ejemplo de una información poco objetiva. Sobre el indulto dijo no ser partidario y lo catalogó como el “orgasmo del tendido”, un tendido falto de la alfabetización de sus sensaciones. Dejó claro que no hay regla sin excepción, él posee un toro indultado en Francia, fallo suyo de no haberlo visto en la ganadería y que le está ligando; según Víctor Mendes, de manera cósmica. No hay duda sobre que los toros se parecen al ganadero, éstas y otras declaraciones como digo muy concretas, plenas de sinceridad dieron lugar a interrupciones debidas a los largos aplausos de los aficionados allí presentes.
Víctor Mendes: Ahora en tareas de apoderamiento justificó la ausencia de Palomo Danko dada la preparación que está llevando a cabo al tener que torear el próximo domingo. Explicó los rasgos personales del torero así como los de esta época en general, donde los futuros toreros suelen ser “calcados” debido a las escuelas taurinas, como también a la forma de quien los lleva, antes te cogía un novillo y te gritaban que tenías que volver a ponerte, poderle, en una palabra estar en novillero, hoy les roza un novillo y el primero que se sobresalta es quien lo lleva diciendo que se alivie y lo mate, recayendo todo lo malo sobre la res.
Habló de la ganadería de Palha, sintiéndose muy unido a ella y destacó el patrimonio genético que atesora, hecho que la diferencia de muchas otras. La bravura del toro de hoy la consideró muy comercializada, siendo el toro de antes a pesar de tener menos kilos, mucho más agresivo sin dejar de considerar que el peligro esté siempre presente. Como era preceptivo se le preguntó por la suerte de banderillas en la actualidad, al ser preguntado por un torero de moda estuvo muy diplomático diciendo que “no descartaba formas más heterodoxas de ejecución por tratarse de la personalidad de cada torero”, pero que “la ortodoxia está escrita, salir de un par después de cuadrar en la cara apoyándose en las banderillas es lo más grande para él”. Para finalizar vimos un vídeo que se presentó en el Parlamento Europeo en defensa de la fiesta de los toros, en él queda clara la importancia que la fiesta ha tenido a lo largo de la historia en diversas vertientes: la cultural, la económica, la ecológica... llegando a la conclusión final que la desaparición de la fiesta conllevaría la exterminación del toro bravo.

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