13 abril 2008

Toro de Miura


LA SUERTE DE LOS PUNTILLEROS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

SEVILLA 08. Último festejo. Toros de Miura, el segundo y cuarto sobreros, cuarto del Conde de la Maza descastado. El Fundi, aplausos tras dos avisos y silencio; Juan José Padilla, saludos en ambos; Javier Valverde, oreja y silencio.

Una de las cosas nuevas que nos ha traído el modernismo en el toreo es la nueva suerte que se han inventado de los puntilleros. A dos, por pares. Se ejecuta cuando los cabestros se ponen pezorros y el toro cabezón. No quiere ser devuelto. Trata la suerte de aproximar el toro a un burladero, preferible de sol, así se ve menos por la gente guapa y si además está cerca de la puerta de chiqueros, fetén. Le hacen volar los capotes a un lado y a otro de su cornamenta y cuando el toro se marea, el que pueda de los dos, ¡zas! le planta la puntilla en el cerviguillo y derrumba al semoviente devuelto. Tiene esta suerte una variante que es usar como arma toricida un estoque de descabellar. Esta es la teoría de la suerte que se iba a practicar en la mismísima Maestranza. De suerte que no se vio completa porque el toro se negó a que se le practicara tan moderna cosa. Entonces fue Padilla y se lo cargó. Por esto mismo Padilla mató tres toros, toreó dos, o se puso delante, y cobró dos. El de Jerez cobró mas que todo por ponerse delante para banderillear porque lo que es con la muleta anduvo vulgar con el manejable sobrero, que hizo segundo poniendo, eso sí, más aparato que otra cosa, y con el quinto ni un muletazo, no los tenia el animal. Con las banderillas correcto en su primero y cerró las del segundo con una cosa que le llaman violín y solo es un par cruzándoselas por el pecho.


El único toro encastado de la tarde fue el primero del Fundi que tuvo varias arrancadas por el pitón derecho, de escándalo y que el madrileño no supo o no pudo aprovecharlas. A partir de ahí, cabezazos, trompicones e inestabilidad. Un mitin con la espada donde le cayeron dos avisos. Con el regalito sobrero del Conde de la Maza se mostró demasiado porfión. Aquí mató de pinchazo y estocada atravesada. A este no lo banderilleó y los dos que puso en el primero ya que compartió un par con Padilla, correcto si echar cohetes.


La tarde ha sido del salmantino Javier Valverde que cortó la única oreja del festejo. No la cortó por su arte ni por su buen hacer con la espada, ya que le dio a su primero un bajonazo. La cortó porque echó todo lo que lleva en la entrepierna por delante y con esa firmeza y esa decisión le sacó la faena al Miura que tenía su guasa. Con el que cerró plaza pudo poner solo voluntad y otro bajonazo.


Los toros de Miura, en el tono de toda la feria, menos tres corridas, débiles y descastados. Correctos de presentación aunque desiguales en sus hechuras y con sospechas en los pitones. O quizás va a llevar razón mi amigo Pastor, el del Malaka, que dice que debajo del albero hay piedra berroqueña y por eso todos los toros de esta feria se escobillaban.


¡Aquí paz y allí gloria!

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