11 septiembre 2007

LA BODA DE EL JULI

Foto: Novillero Juli. Archivo.

LA BODA DE EL JULI
Por Agustín Hervás

Julián López "El Juli" es un torero inteligente, técnico, profesional, ortodoxo y sobre todo muy buen aficionado. Pero Julián es un chaval en edad casadera. Lo que cuento parece sacado de la crónica rosa pero no es el cariz que quiero darle al relato. Verán. Julián se casa, o quiere casarse, con una señorita que lleva por apellido Domecq. De los Domecq de toda la vida. Aquellos que llegaron desde la región francesa de Bearn huyendo de la revolución francesa.
Los Domecq tienen sangre noble desde el siglo XIV cuando por dádivas monárquicas, quizás provenientes de la entronización de los Valois, y favores papales, (otra vez los trapicheos de la iglesia), obtienen el titulo nobiliario del marquesado de Domecq.
Pedro Domecq Lembeye deja Francia cuando se entera de que en París están cortando cabezas y se traslada a España donde pasados unos años y consolidado ya su imperio muere en 1839 al caer a una olla de agua hirviendo. ¡Valiente muerte! Su hermano Juan Pedro se hizo con el poder llegando a expansionar los dominios familiares hasta América del Sur.
La familia Domecq, ha contribuido a la leyenda del estereotipo del Sur español, el señorito andaluz. Es una familia que ha contado entre sus miembros con escritores, y cuenta con, ganaderos, rejoneadores y personajes de fama sexual y animosa como "El Pantera". En Jerez, se dice de alguien que "tiene más dinero que el Marqués de Domecq".
Los Domecq capearon con suerte los avatares de la transición española y su nobiliaria inteligencia les llevó a ser queridos por el socialismo andaluz. Ellos se saben nobles y viven como nobles evitando la mezcla de su sangre con la plebeya. Y sin embargo, ¡oh cinismo! se jactan de vivir, por ejemplo, y es lo que nos ocupa en este articulo, de los toreros. Pero cosas veredes amigo Sancho. Los Domecq se aprovechan y los toreros además se sienten agradecidos por haber recibido las atenciones de tan dignos nobles.
El Juli es un noble torero plebeyo enamorado, que hace votos para ser querido en la familia. Los Domecq viven de los toreros pero no los quieren en sus familias, no mezclan sangres. Debe ser cosa noble eso de la sangre azul. Es como lo que le pasó a Espartaco con Patricia Rato, que tuvo que embarazarla para que la familia tragara. O como una conversación que oí en una de las esquinas de Marbella.
.- ¡No sé cómo dejan que el príncipe se case con esa roja!
.- ¡Pues porque este rey es un rey impuesto y no queda más remedio que tragar!
Los nobles no quieren a Leticia porque la corona los ha traicionado, no pueden consentir que la familia real se haya popularizado tanto.
Si la nobleza piensa que esta monarquía es una monarquía plebeya. ¡Qué futuro tienes Julián!

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hablando de los Domecq:
En La Trinchera de Paracuellos, antes de irnos a la cama escuchamos un cante del granadino Antonio Cuevas Perez "El Piki", muerto en extrañas circunstancias y sin aclarar todavia, cuya letra decia: ...Dios mio dime porque, Dios mio dime porque, la campiña y los toritos, tiene que ser de Domecq.
Desde entonces, nunca se la oido cantar a ningun cantaor en directo.
Si alguien quiere escuchar este cante (la letra no tiene desperdicio)que me lo diga o que se la pida al "resistente" de la calle Pinosol.
Salud.

Anónimo dijo...

Vamos a hablar de toros y que se case con quien le salga del esportón. Puntillero.

Anónimo dijo...

No quiero que se mal interprete el articulo. Me da igual quien se case con quien. "Ca uno es ca uno". El articulo es una justificación que solo tiene la pretensión de dar a conocer la historia de los Domecq en España y su forma de ser, cosa que ha entendido muy bien la Trinchera de Paracuellos. Recuerdo una vez más que bajo las apariencias de corderos (habrá de todo como en botica)hay lobos. Y la casa Domecq tiene sus mayores imbricaciones en el mundo de los toros. Gracias a todos por participar!!!