23 agosto 2007

INSATISFECHO

Foto: José Tomás. Archivo.

ALMERIA 07. TORREALTA, tercero encastado. FINITO, al tercio en el lote. JOSE TOMAS, dos orejas y vuelta. MANZANARES, al tercio y oreja.


INSATISFECHO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Dice Luciano Núñez que José Tomás se fue aburrido de esto y que ha vuelto por que está insatisfecho. Luciano fue durante muchos años, hasta que se retiró, banderillero del de Galapagar. Lo que ha dicho Luciano supone una explicación que los filósofos llamarían tomista y que nosotros a lo más que alcanzamos es a llamarla tomasista. Verán el hombre, ser único en la naturaleza, está dotado por la gracia del Espíritu Santo, de cuerpo y alma. Para el presidente Zapatero y su educación para la ciudadanía, no se sabe bien de qué pasta está hecho el hombre. La tauromaquia resuelve el conflicto filosófico con aquello de “el torero está hecho de otra pasta” en consecuencia hemos de concluir que José Tomás está hecho de otra pasta olvidándose a veces del cuerpo, pero no puede olvidarse del martirio del alma. De ahí su insatisfacción. En realidad lo que le pasa a Tomás es que vive en plena contradicción y aún no ha sabido resolver el teorema de la levedad del ser. A saber: cuando se fue aburrido, se fue asqueado de las estructuras irracionales del toreo. No pudo o no quiso cambiarlas. Y en su infinita insatisfacción vuelve no sabiendo bien si es para llevárselo calentito (entiendase el dinero) o para pararle los pies al toreo. La cosa es complicadísima y comprende la afición que esto le tenga partida la cabeza y el alma. Tomás sabe pararle los pies al toreo pues lo demuestra todas las tardes. En realidad es lo que mejor sabe hacer. Quedarse quieto. Pero lo que aún no sabe o no quiere hacer, es pararle los pies al toreo en los despachos. De ahí, tirando a ser bien pensados, la insatisfacción del dios.

Luego cuando uno lo ve en un ruedo, lo ve como un mortal más, pero arrimándose más que cualquier otro mortal. Tres tandas buenas por el pitón derecho de su primer toro. Dos ligadas por el izquierdo. Luego el encimismo y eso sí una buena estocada que sí valía una oreja. En el quinto un quite zarrapastroso por gaoneras y una virtud con la muleta, que el toro quería puntear el engaño y él no se lo dejaba alcanzar. Pinchazo, otro hondo tendido, otro pinchazo más y un descabello. Otro torero que hay que enviar de matarife al matadero porque no mata, sino que apuntilla. La afición no puede consentir que un recurso como es el descabello se convierta en suerte. Hubo gente que le protestó la vuelta, aunque era minoría.

Abría el cartel Finito de Córdoba, muy querido aquí, que estuvo bien. Tres tandas por el derecho aseadas. Las del pitón izquierdo mejor aunque en la siguiente bajara el tono del trasteo y al volver al pitón derecho nos ofreció la mejor tanda la más enjuta y reunida. Estocada trasera, tendida, caída y descabello. En el cuarto estuvo aseado y porfión ya que el toro se paró.

Pero lo más interesante de la tarde corrió a cargo de José María Manzanares. No por lo que hizo sino por cómo lo hizo y por el fondo que tiene dentro que cuando puede cuajarlo, como en Málaga, lo que cuaja es de mucha importancia. De toreo bueno y caro. La primera faena con altibajos pues el toro encastado, falto de varas, reponía pronto y le comprometía los terrenos. Hubo fases buenas, pero no terminó de redondearla. En el sexto un toro bravo, que se rompió mucho en varas y que a la salida de los caballos mostró su debilidad, lo trasteo con suavidad dejándonos ver su estética y su bella composición. Tandas aseadas por el pitón derecho y por el izquierdo con menos recorrido. Pinchazo, traserita y caidita.

Los toros de Torrealta desiguales en la presentación, primero y cuarto bien presentados. Segundo y sexto correctos. Tercero y quinto, anovillados. Encastado el tercero y bravo en la vara que tomó el sexto. Buenos y nobles para la muleta, primero, segundo y sexto. El cuarto se paró. El quinto a media altura punteando y el tercero con pies.

¡Aquí paz y allí gloria!


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