14 abril 2007

SIN SUSTANCIA

FERIA DE ABRIL. NOVILLADA: TORREHANDILLA, sexto superior; LUQUE, vuelta y ovación; DE ESPARTINAS, silencio en el lote; SOTO, silencio y ovación.

SIN SUSTANCIA
Por Agustín Hervás

Toreaba en el mismísimo ruedo de la Maestranza un torero de Sevilla. En Sevilla se quiere mucho a los toreros de “toa Sevilla”, son ellos muy suyos, ¡que le vamos a hacer! Y a este que se llama Daniel Luque, también, sin embargo Dani, para los familiares y amigos, toreaba sin sustancia. Ya saben que la sustancia es lo que le da la calidad al cocido porque si no, la olla no sabe a nada. ¡Pues eso, así era la cosa! Se arrebató con el capote en el escurrido cuarto novillo de Jadilla, que ese es el hierro con el que fue herrado, y la cosa vibró un poco, es decir, soltó un poco de sustancia al caldo y después de las varas de Quinta que estuvo bien, y del interés de animal en banderillas, le dio al chaval por citar al hilo del pitón y acompañar las buenas y nobles embestidas del negrito en una faena kilométrica, acelerada y despegada. Los entendidos dicen que el chaval “funsiona” y que “pué funsioná mehó” pero la faena no tuvo sustancia porque el hueso que se le echó al caldo no la tenía. En el primero de la tarde muy justo de fuerzas, al que Juan Sierra le colocó dos pares mirándole el testuz al burel, solo tuvo la lucidez de una tanda por el pitón derecho. Con la espada mejor en este que en el novillo de la faena sin sustancia. Vuelta.
El lote descastado de la tarde fue para Agustín de Espartinas, cuyo primero, segundo del encierro de lo que han dado en llamar ganadería de Torrehandilla, le hizo lesionarse en la muñeca de la mano izquierda al banderillero Muñoz. Un invalido al que no le cogió el aire preocupado por torear bien y empeñado en no entenderlo. Con el quinto, ni chicha ni limonada. Otro novillero más al esportón que quiere matar los novillos a voces y cuyo mayor éxito hasta el momento es haber participado de doble en la película que interpreta Brody, Manolete.
El novillero de verdad fue un chaval de Camas al que el tercer novillo le levantó varias veces los pies de la arena, que quería ponerse bien pero que cada vez que lo procuraba el animal le ganaba la acción, y ¡ala otro arreón! Genio desarrolló el novillo y el chaval, casta. El sexto, con más cuajo, de novillo de plaza de categoría, fue el de la novillada. Bueno por los dos pitones, claro. La cosa pudo haber quedado más a favor del chaval si llega a meter la espada, pero no domina la suerte, en realidad no domina todavía nada pero se le adivinan cosas, cuando se arrebata llega al gentío, pero por eso este Soto estuvo en novillero. Fue sincero.
Los novillos criados por Jandilla pero anunciados como de Torrehandilla desiguales de presentación, flojos los dos primeros y descastados segundo y quinto. El cuarto bueno y el sexto superior. El tercero un marrajo. Ninguno bravo, solo cumplidores con los montados.
¡Aquí paz y allí gloria!

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