23 abril 2007

LO QUE SE ADIVINA

foto: puerta del principe, por Erpacomuro


FERIA DE ABRIL. CUVILLO; quinto bueno. UBRIQUE: silencio en el lote. MORANTE: bronca y dos orejas. TALAVANTE: oreja y dos orejas, Puerta del Príncipe.

LO QUE SE ADIVINA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

No me importa la Puerta del Príncipe de Talavante, no. Además no creo que se la mereciera, le sobró una oreja. Lo que me importa de Talavante es lo que se le adivina a este torero que acaba de empezar y ya ha conquistado las dos plazas más importantes del mundo. ¡A ver si va a ser el culpable de la reaparición de José Tomas! Talavante no tiene nada y tiene todo, aún de verdad no ha dicho nada importante y sin embargo tiene todo lo necesario para decirlo. Valor. Sitio. Ganas. Maneras. Formas. Entrega. Disposición. El oficio lo tendrá y a la suerte con todo esto debe ayudarle. Los aficionados estamos satisfechos. En su primero, sobrero de la misma ganadería, le cogió el ritmo a la faena de medio al final. Más entonada. Hasta ese momento, iba siendo aseada. El ritmo del toro era más por el izquierdo que por el derecho y el pecado, siempre a media altura la muleta. En el que cerraba plaza le pasó igual, la comenzó quedándose descolocado en los remates de los muletazos, abusando del pico y con intervalos buenos y malos. Cuando el toro se fue al tercio tuvo la virtud de aguantarle los terrenos y ponerle las ganas de embestir que le faltaron al toro que acudía al engaño retranqueado pero el lo esperaba muy firme y conseguía templarle el muletazo llegando a arrebatar al publico. La estocada fea, caída provocó vómito horroroso. No fue faena de dos orejas pero la gente guapa ya se sabe, muriendo por sacar a los toreros a hombros. Bueno ellos no. Los otros.

Dicen que Morante ha hecho otras faenas parecidas a la de hoy en Sevilla, y yo digo que eso es mentira, o para que suene más suave que eso no es cierto. Morante jamás, en lo que yo llevo de verle y lo he visto desde novillero casi sin caballos, nunca ha hecho una faena igual. Ahora menos aún. Jamás sus faenas son iguales, jamás las broncas que le pegan son iguales. Esa es la virtud de Morante: la variedad, aderezada con el gusto que le imprime a sus trasteos y la calidad de lo que realiza delante de la cara de los toros. No hay ahora mismo ni un torero parecido a el. Por eso arrebata, por eso gusta y por eso impresiona. La faena de las dos orejas llena de pinturería y estética y lo de la Portagayola no tiene importancia más que pedir perdón a la afición después de la bronca en su primero, se tiró a la arena dejando el capote de cualquier forma. Lo importante de eso es que después de levantarse se puso a torear a la verónica y bien. El segundo toro ni lo vimos. Podíamos suponer que no se iba a dejar pero antes llegó el sevillano. Lo macheteó y se lo quitó del medio. Bueno la bronca fue más bien una bronquita.

Con todo esto sucedido nadie se acordaba de Jesulín, pero se despedía de Sevilla y bien merece un recuerdo. El que abrió plaza después de haberse roto en los dos primeros tercios en la muleta se apagó. Tuvo momentos buenos por el pitón derecho pero no terminó de calar en el publico. Por el izquierdo no terminó de acoplarse. Estuvo mal con los aceros. A este lo mató de bajonazo y al cuarto de un metisaca en los costillares y un descabello. El toro se vino rápidamente a menos y no hubo opciones.

Los toros de Nuñez del Cuvillo correctos en su presentación, algunos justos de fuerzas motivo por el que no aguantaron hasta el final, cumplidores con los montados y que llegaron a la muleta: primero, noble de mas a menos. El segundo parecía malo. Tercero devuelto por descordinación motriz. El sobrero manejable. El cuarto se apagó. El quinto el mejor. El sexto sin recorrido.
¡Aquí paz y allí gloria!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Morante, Morante, Morante, sálvanos!