21 abril 2007

EN LA PRESENTACION DE TALAVANTE CASTELLA TRIUNFA


FERIA DE ABRIL: TORREALTA: sexto bravo, quinto devuelto sin motivo. CASTELLA: oreja y silencio. PERERA: palmas y silencio. TALAVANTE: silencio y saludos desde tercio.

EN LA PRESENTACION DE TALAVANTE CASTELLA TRIUNFA.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Debutaba Talavante y tenia expectación la cosa y para empezar el brindis a Paco Camino. Luego, la verdad, no me gustó Alejandro. Verán, la faena no tuvo acople por el pitón derecho y por el otro estuvo llena de errores en las distancias, descubriéndose y por tal sufriendo sustos. No sería justo echarle la culpa al toro. El toro es un animal que nunca tiene la culpa, hace lo que su condición le empuja y este, miren por donde tenia el defecto de ser un toro interesante por encastado que cumplió con suficiencia en las dos varas y que protestó en banderillas echando la cara arriba pero que en la muleta tenía mucho que torear, y se fue para el desolladero sin haber sido toreado, porque en la condición de este toro lo peor que le hizo el torero fue ahogarlo. Todavía me estoy preguntando por qué la gente, seguramente había muchos de pueblo, aullaba en la faena al sexto y digo esto porque en ella solo vi una tanda de naturales buenos y en comparación con otros que ya hemos visto en esta feria, no pasaban de ser buenos. Lo explico, para empezar el toro era un toro bravo al que no vimos en su dimensión en varas porque solo le dieron dos entradas para barrenarlo. A banderillas fue con un son muy bueno y luego para acabar de rematar la cosa se venia de largo a la muleta. Y Talavante no bajaba la mano, acompañaba y no mandaba en el toreo en redondo. Por naturales fue a mas desde la primera tanda enganchada, pasando por la segunda con más ritmo pero sin planchar el trapo y sin arrastrarla por el piso, hasta la siguiente que fue la buena de verdad. La ultima menos aseada y con la espada un petardo, se deja el brazo atrás y lo que es peor aún, no tiene confianza en sí mismo para ejecutar la suerte.

Castella asombra. No por su valor, que ya sabíamos que lo tenía y ¡ojalá lo conserve siempre! sino por su oficio y su concepción de la tauromaquia. Por el pitón derecho del primer toro, toreó de salón, ¡claro el toro se lo permitió!, pero también imprimió temple y supo cogerle la distancia, que es otra cualidad que ha curtido con los años el francés. Al natural toreo con tanta pulcritud y hondura que daba al espectador esa sensación de ver con facilidad la dificultad del toreo. Y creo que ahí radica el objeto principal del momento actual de Castella. Mató de una baja y le dieron la oreja de la tarde. En el cuarto se equivocó al comenzar por alto. Estos pases quebrantan mucho y baste que el toro no sea muy encastado para que se ponga molesto, quiera dar cornaditas al engaño y resulte complicado.

Seguro que Perera es un buen torero. Al menos eso es lo que me dicen todos. Todos los que lo han visto bien por esas plazas de Dios. Pero yo debo tener mala suerte porque de las veces que lo he visto, no lo he visto bien. En Sevilla ha sido otra vez. Al segundo no le cogió el aire que por cierto, tenía mucho que torear. No era la bondad del primero. Quizás algo por la izquierda pero no rompió la cosa. Con el quinto, el sobrero, no vio que la faena había que construirla al principio, acoplarse desde la primera tanda en distancia y en temple, porque de medio al final el toro dijo que tururú. ¡Ojalá el viernes tenga suerte y lo vea!

Los toros de Torrealta: Terciado el primero, que cumplió en varas y bueno en el ultimo tercio. Tercero y cuarto raspando la presentación en Sevilla, tapándose por la cara, en el caballo cumplieron con suficiencia y en la muleta fueron el tercero interesante y el cuarto arisco. Cuajado el segundo y el sobrero de Zalduendo, este se rompió en la primera vara cumpliendo en la segunda y agotándose en la muleta; aquel se dejó pegar y fue con picante a la muleta. El mejor presentado fue el sexto que resultó ser el más bravo del encierro. El quinto fue devuelto precipitadamente a los corrales porque al hecho de haberse entregado en varas hay que unir el del estado del piso, resbaladizo en tarde lluviosa.

¡Aquí paz y allí gloria!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo estoy totalmente de acuerdo con lo de Talavante (estuvo como en Madrid) y lo de Perera, pero a Castella en su primero lo ví correcto, templado, muy aseado, pero no hubiese sido más justo exigirle cuando menos la misma entrega que demostró el toro? ¿No le faltó abandonarse, arrebujarse? ¿y no faltaron uno o dos muletazos más en cada serie? Tres y el de pecho, o tres y quitarle la muleta de la cara para hacerle el péndulo de reminiscencias albaceteñas, para mí faltó algo, esa entrega que en justa correspondencia se merecía el toro.