11 agosto 2006

EN TARDE DE FERRERA INTERESÓ IVÁN

FERIA DE MALAGA 2006 TERCERA DE ABONO
EN TARDE DE FERRERA INTERESÓ IVÁN
Por Agustín Hervás

Rafael Porras estuvo bien en el palco, aguantó la petición a Ferrera en el segundo soportando luego la primera bronca de la feria pero no pudo aguantar la petición, con más pañuelos eso sí, de la oreja que luego le concedió en el quinto.
El domador de acémilas sacó en el paseíllo por segunda tarde consecutiva al guarín asnal. Un mulato joven que aún se asusta de las rayas de picar y que debe ser el último fichaje de la cuadra de arrastre. Parece como que quiere venderlo según como lo muestra en un alarde de tratante de feria. La gente sigue aplaudiendo a las mulillas que conducidas sin cabestro arrastran los toros y pareciera que se aplaude el arrastre de los toros. Da confusión.
En esta corrida del Marqués de Domecq se ha demostrado que el toro de segunda en una plaza de primera con empresario de tercera es tan válido como uno de tercera en una plaza de carros pero sin cuernos. Los del Marqués desiguales de presentación incluidos los cuernos resultaron descastados y parados. En el catalogo de la ganadería eran toros destinados a rejones para plazas de pueblo que la empresa compró a saldo de rebajas. Se notaba.
Se presentaba Encabo en La Malagueta y la afición se preguntaba que "pa qué" vino, que anduvo descolocado y abusando del pico, con el culito sacado, despegado y como es natural sin fajarse. Un pinchazo tendido y dos descabellos acabaron un primer toro de 515 kilos, burraquito, en los costillares el 42 que tomó una vara y un picotazo dando después muestras de falta de fuerzas. Se le realizó quites entre Encabo y Ferrera de entre amigos, nada emocionantes. Compartiendo los palos el extremeño estuvo correcto, Iván García lo puso andándole hacia atrás y Encabo a toro pasado. Nada vibrante el tercio.
El cuarto toro de 475 kilos y en los costillares el numero 4. La primera vara se la pensó, en la segunda topó nada más. En banderillas el madrileño estuvo vulgar de desesperarse, sólo el tercer par de dentro a fuera tuvo interés, los demás casi sin aplaudir en una plaza verbenera como es esta. En la muleta el toro se mostró tardo, embistiendo a arreones, sin clarificarse y ofreciéndole al matador de propina dos gañafones uno al cuello y otro a la cara. El toro dijo que nones que no quería nada con la muleta. Lo pasaportó de media.
He dicho que los carteles son malos, están mal confeccionados y que se ve que los paga una vez más un billete pequeño de una empresa que no es más que fachada de barro. Este me interesaba por ver al nuevo Ferrera, que suponía más humilde, centrado y con ganas de ganar puestos en la torería y en realidad no me defraudó dentro de lo malo lo que hizo fue lo que más gustó llevándose su orejita en el esportón. El toro número 5 que salió en segundo lugar pesó 518 kilos. Antonio lo recibió con dos verónicas y media buenas. Entró dos veces al caballo cumpliendo. Obsérvese que digo entró y no que recibió dos varas. En esta estrenada plaza de primera es obligatorio por reglamento taurino las dos varas. En el tercio de banderillas compartido, García lo puso pasado. Encabo jugando y recortando bien y Ferrera desde las tablas al tercio y luego cambiando por dentro, bueno. A la muleta llegó el burel violento por el derecho y corto por el izquierdo. Buscaba y cuando se cansó de buscar zapatillas se paró. Lo despachó con una baja la gente pidió oreja el presidente dijo que nones y dio una vuelta al ruedo que por eso existen también las vueltas al ruedo.
El quinto dio en la báscula 485 y era un impresentable toro la única justificación de que los veterinarios lo aprobaran fue la cornamenta pues tenía más que cuerpo. Cumplió en dos encontronazos con los montados. Ferrera le propinó un quite por chicuelinas bajas y replicó Iván luciéndose sólo en media verónica. En banderillas el primer par recortando en el aire y luego cuadrando bien. el segundo citando de espaldas, quebrándolo y cuadrando y el tercero quebrando por dentro. Correctos. La faena de la oreja fue brindada al publico y con esfuerzo le arrancó los muletazos a un toro sin aire. Pinchazo y estocada.
Pero visto Ferrera lo que en verdad me interesó fue lo que le vi a Iván García. 490 en la romana el número 72. Un impresentable torito que se deja pegar en el primer encuentro con el caballo y que cabecea en el segundo dando muestras después de falta de fuerzas. En banderillas Encabo se colgó a destiempo. Ferrera cumplió e Iván estuvo correcto en su par. El toro no se empleó. Fuera por el peso o fuera por la casta ¿? El animal se movió más que los otros toros propiciando que el torero le diera dos tandas con la izquierda buenas y un pase de pecho bien ejecutado. Cuando volvió al pitón derecho lo hizo más despegadito pero interesó mucho lo dispuesto del chaval y las ganas evidentes. Un pinchazo bueno, otro más marrullero, un aviso y una tendida y caída.
Cerró la corrida uno de 520 kilos marcado con el numero 96 que fue el de mejores hechuras. Cumplió con los montados pero no derribó, se desplomó el caballo de los cuartos traseros. Con los palos en solitario el primer par pasable, el segundo pasado y el tercero el mejor de dentro a afuera y se acabó el toro porque en el inicio de la faena se aplomó y no hizo nada más que defenderse. El madrileño buscaba la estética en una faena imposible y encontró una piedra. Pero a mi me valió verlo como lo vi.

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