02 febrero 2006

DIARIO DE LA RESISTENCIA

DIARIO DE LA RESISTENCIA: Una ley para darse publicidad
Por Agustín Hervás

Hace frío en Málaga, el cielo de la Malagueta está encapotado y desde el puerto la bruma que entra en las calles las cubre de una humedad que cala los huesos. El cobijo de la resistencia es seguro y el frío se mata a tragos de vino tinto y fritura de huevas que dicen que de lo que se come se cría y a fe que viene bien esta pitanza para la lucha emprendida.
La resistencia entiende que a los políticos no les interesa la fiesta, el argumento es aportado por un Maqui que dolido se queja de que sus señorías no aparecieron en la cena a la que fueron invitados por la Unión Taurina de Abonados, y en su quemazón arremete contra la próxima ley taurina de Andalucía diciendo que está diseñada para que los políticos se den publicidad, eso es, darse publicidad es lo que les interesa para coger votos, y es que al presidente de la Diputación de apellido Pendón solo le interesa el flamenco y las señoras rubias. El toro solo para sacar provecho. Ese porque es de izquierdas y al que es de derechas pues igual, como ocurre con Diego Maldonado al que el Maqui le atribuye el indigno estigma del pelotas. En una ocasión la Unión acudió, por favor, a pedirle un local para reunirse los socios debido a que en el que están ahora, ubicado en la plaza de toros, es un lugar inhóspito e insalubre y el tal concejal se lo negó porque citando palabras textuales "en la Unión había mucha gente de izquierdas".
Cuando los políticos merodean alrededor del toro y se introducen en la fiesta, mangoneándola, como claramente ocurre con la concesión de las plazas de titularidad publica a personas de dudosa documentación taurina o a marqueses de altos vuelos; ejemplos inmediatos y cercanos de Madrid y Málaga; su único objetivo en el acercamiento, poniendo sus mejores sonrisas, es con el solo objeto de obtener de nuestro sector los votos que puedan depararles y siempre con el agravante de que opinan que todo el mundo es bueno y que el toro cuanto más dulce mejor.
Es curioso pero no por ello menos digno que en el año 59 del pasado siglo, para entrar en vigor en el 60, la autoridad, entonces de tendencia dictatorial, reconociera anomalías en la aplicación del reglamento; que la suerte de varas se ejecutaba de forma pésima y que al toro se le hacían perrerías. Por ello para dignificar la fiesta brava el preámbulo de la ley lo entonaban con un mea culpa propio de políticos, (insisto dictatoriales en aquellas calendas), más honrados, más consecuentes y más comprometidos con un espectáculo, de tradición histórica española, dando paso a la nueva normativa que dio lugar a la que tuvimos hasta 1992. Por el contrario estos políticos democráticos en los que confiamos nuestros votos nunca han sacado una normativa con esa entonación y sí argumentando, como lo hace la de Andalucía, alegando que la sociedad ha cambiado, y es verdad porque la encuesta Galup del 2002 confirmó que los toros ya no interesaban a la juventud, sólo al 31% sí, al 69 no.
Con tristeza en la universidad malagueña se ha podido saber que allí tampoco, es más se mira a los aficionados por encima del hombro como si fuéramos escombros. ¡Qué ha sido de aquellos revolucionarios universitarios del 68! ¡Qué de sus hijos!
Ciertamente que los públicos y los gustos han cambiado, faltaría más, eso es normal, pero la esencia de la fiesta no debe cambiar y esa labor la debemos preservar los aficionados, la de la esencia e integridad del espectáculo más vivo del mundo.
Es quizás debido a esos cambios y gustos sociales por lo que los toros se han convertido en un espectáculo de elite comparado por su idiosincrasia con el de la ópera. Pero como bien decía uno de la trinchera de su hermano, que se había retirado porque este espectáculo no era ya el que él había mamado, conocido y entendido. Igual que estas Navidades con lo de la Pop Ópera. Que siendo en realidad no lo es. O como el flamenco puro y el otro.
Lo que sí debe erradicarse de la fiesta acorde con los tiempos, como por ejemplo ocurrió con el advenimiento del peto, es la violencia innecesaria. Un resistente de los más beligerantes pone el ejemplo del torpe torero que descabella 100 veces, " a ese el presidente, sin mirar el reloj ni medir el tiempo, debe echarle el toro al corral, para librar al animal del suplicio, y luego sancionarlo"
Fomentar la emoción en las corridas sería ideal para darle autenticidad al espectáculo y que la gente viera que es de verdad, "como cuando aquella vez en Fuengirola que por la peste equina solo picó una yegua con las dudas de los picadores para montarse en ella y que luego resultaron suertes emocionantísimas porque la yegua era extraordinariamente buena, liviana pero muy buena", comenta otro atrincherado.
Si los profesionales se empeñaran en buscar la pureza de las suertes y alimentar la importancia de sentirse torero, por ejemplo picando, esta suerte tan venida a menos, sería fundamental para recuperar adeptos a las corridas.
Los resistentes atrincherados vuelven a cargar contra los medios de comunicación porque influyendo en los cambios de la sociedad luego no tratan con corrección y verdad a la fiesta. Solo cuentan la parafernalia y las bambalinas las ocultan. Por desgracia los medios de comunicación del régimen socialista de Andalucía están a favor del indulto generalizado, la indultitis, y en contra de que se piquen los toros porque eso es una barbarie. Tanto pimentón dulce solo da color a la fiesta pero no le pone el sabor.
El espía que habita entre nosotros y que sirve a la resistencia ha comunicado a la trinchera que se le ha abierto un expediente a la empresa de La Malagueta y a los toreros que no quisieron torear en la pasada feria malagueña, aunque el que seguramente prosperará, a tenor de la responsabilidad incurrida, será el que va en contra del Marqués de Fuengirola al que se le pueden solicitar hasta sesenta mil euros de sanción. La Consejería de Gobernación en las propuestas de los expedientes razona las faltas cometidas.
La resistencia espera que los políticos de turno, que tienen que agradecer prebendas al empresario, no influyan para que la sanción se les disminuya o quite.
Recordemos que el asunto, que desprestigió a nuestra plaza, viene porque el equipo gubernativo que presidía de turno, Santiago Dueñas, afortunadamente policía, rechazó la corrida de Daniel Ruiz que tenía que lidiarse el día 16 de agosto por Rivera, Juli y Morante. Que sí aprobaron toros de Gavira y que el Juli los rechazó porque sus huestes no habían podido afeitarlos, ¡naturaca! Y que Juli también rechazó una corrida de Parladé que estaba íntegra. Como la televisión autonómica televisaba el festejo la empresa ante la inminente suspensión propuso a la autoridad que se lidiaran los toros del día siguiente que eran de Parladé reservados a Ponce y a El Cid. La autoridad aceptó y el Juli también. Se dio la corrida. Pero el problema se creó al día siguiente porque los toreros se negaron a torear una que ellos no habían contratado. La ganadería si era la misma, los toros reseñados no. De manera que la empresa sin solicitar los permisos oportunos cambió todo el cartel y se llenó los bolsillos porque casi nadie devolvió las entradas para ver a toreros de menos tronío que los anunciados: Dávila Miura, Salvador Cortés, que luego resultó el triunfador de la feria, y David Galán.
Toda la resistencia sin opinión en contra ha manifestado que esta empresa no tiene poder taurino, que los toreros hacen lo que quieren con los empresarios que van por ahí dándoselas de ser los inventores de esto. Amén.

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